Desde hace un par de semanas he estado usando un iPad Pro Bebe, o sea, la iPad Pro de 9.7′ que Apple lanzó al mercado a final del mes de Marzo pasado. Pensé que era una tablet con características mezcladas entre un iPad Air 2 y un iPad Pro (11.9′). Esta última tablet es un producto especial, el primero en usar el Apple Pencil y tener un accesorio de teclado en una cubierta. Un poco derivado de la Microsoft Surface y demasiado grande para no pensar en él como un sustituto del laptop. Los que aún tenemos necesidad de laptop nos cuesta buscarle un espacio a una tablet que es una carga similar en términos de movilidad y, por ahora, mucho menos poder para hacer varias tareas simultáneamente. Sin embargo, estas limitaciones no nos impedían mirar con envidia sea el teclado, sea el Pencil.
Para mi, personalmente, el teclado nunca ha resultado atractivo. Cuando necesito escribir en mi iPad, que es un evento poco común, uso un teclado Bluetooth de Apple y el WINGStand. Una solución perfecta para escribir en una mesa de avión o en un café.
El Pencil es otra historia. Siempre he sido aficionado a las plumas fuentes y bolígrafos, así como a los cuadernos de notas tipo Moleskine. De hecho, generalmente tengo uno en mi maletín y lo uso frecuentemente en reuniones para anotar las cosas que hacer a futuro. Un problema claro de estas notas es que no se puede hacer con ellas las maravillas al que el mundo digital nos ha acostumbrado como hacer búsquedas o copiarlas a un documento más formal. La cantidad de Apps que permiten tomar notas escritas a mano, desde Notes de Apple hasta Paper de 53, es agobiante y ninguna permite hacer todo lo que uno desea aún.
El iPad Pro 9.7, conocido como el iPad Pro Bebe, es la mejor solución para los que deseamos usar el iPad con movilidad sin perder la opción de utilizar el teclado y el Pencil. El hardware es indistinguible del iPad Air 2 salvo por la cámara que sobresale y el sonido que proviene de 4 cornetas que se re-configuran con la orientación del iPad. El iPad Pro Bebe hace todo lo que hace el Air 2 y muchas cosas las hace mejor. El Pencil, sin embargo, es la mayor diferencia.
Aparte de tomar notas, he utilizado del Apple Pencil en mi iPad para dibujar diagramas y gráficos en el trabajo, principalmente usando Paper, la aplicación de 53, ideal como sustituto de los cuadernos Moleskine. Otras aplicaciones de notas, aparte de la de Apple que es excelente, son Notability, Penultimate, OneNote, Goodnotes y Evernote.
Pensé que mi uso del Pencil se limitaría a estas aplicaciones. Mi inhabilidad natural para el dibujo de todo tipo me indicaba que aplicaciones como Adobe Sketch y Procreate no me serían de gran utilidad, aunque las baje y se las di a probar a amigos con mas inclinaciones artísticas. Otros aplicaciones como forScore me parecen impresionantes en el iPad Pro.
Pero hay otra categoría de aplicaciones que me han resultado sorprendentemente entretenidas y relajantes, se trata de aplicaciones para colorear o para pintar cosas muy particulares. Dos, en particular, las uso con mucha frecuencia. La primera es una aplicación para colorear. Todos hemos visto el auge de los libros para colorear para adultos. Tan populares son que han producido escasez en los lápices de colores. Para mi eso no tiene mucho interés, lo que yo lograría sería pensar que no tengo el color adecuado o echaría a perder una tras otras de las páginas del libro. Sin embargo, con la aplicación Pigment pinto por horas con la posibilidad de borrar perfectamente, hacer zoom y undo, con resultados perfectos que no representan mi aptitud. Mi amiga Ana, gran fanática de los libros de colorear, opina que hago trampa. Yo le prometí no participar en competencias profesionales.
La otra aplicación es Zen Brush 2. Es una aplicación para hacer dibujos en tinta tipo japoneses con solo dos colores, los tradicionales negro y rojo, con pocas variaciones y tres niveles de tinta, seca, normal y húmeda. El usuario entonces se puede concentrar en realizar los trazos correctos que yo hago estupendamente mal. De nuevo el undo y la posibilidad de borrar errores perfectamente hace el método digital mucho mejor que la realidad.