Estoy casi seguro que he escrito más palabras que varios escritores famosos, el único problema es que lo he hecho en chats, whatsapps, foros, twitter (mucho twitter) y sobre todo en e-mails. Llevo desde que aprendí a escribir escribiendo todos los días de mi vida y además me gano la vida respondiendo mails de otras personas, pero creo que nunca lo había hecho por simple placer, por eso le agradezco a mi amigo Guillermo la invitación a Revista Robot y voy a aprovechar la oportunidad de esta columna para escribir sobre un tema que me apasiona: cómo la tecnología sirve para hacer negocios con los que la gente se gana la vida.
Esta semana Apple lanzó varios servicios, en una clara búsqueda de refrescar/ampliar su base de ingresos. La cima de las empresas trillonarias está poniéndose complicada, con Microsoft y Amazon enfrascados en la lucha por hacerse del mercado Cloud, con Google y Facebook hambrientos por más datos personales, era necesario que Apple actualizara su ofrecimiento de venta de medios y poder entrar en un espacio donde si bien hay claros líderes, ninguno es de la talla o tiene el efectivo para gastar que tiene Apple. Además con la Apple Card consigue otro enemigo épico con el que pelearse a muerte como son los bancos.
La expansión a través de servicios o bienes complementarios (add-ons) es una herramienta de fijación de precios que tenemos años experimentando. Como dice Tim Harford en “El Economista Camuflado”, el ejemplo más sencillo para explicarlo es cómo Starbucks utiliza diferentes precios en sus productos, con variaciones mínimas (o muy económicas para el vendedor) para poder descubrir cual es el precio que el cliente está dispuesto a pagar. No se trata de sacarte más plata por cada café, se trata de descubrir cuánto significa “mucha plata por un café” para ti y para cada uno de los que va a comprar. Los add-ons son una solución elegante y práctica (no, a nadie le gusta llenar encuestas o si las llenan no les gusta decir la verdad). Ahora Apple quiere saber cuánto estás dispuesto a pagar por perder el tiempo tu entretenimiento.
Ya veremos como es la ejecución pero estratégicamente el plan me parece una evolución natural de iTunes y la App Store, donde se busca pasar de ventas puntuales a ventas de servicios que como ya lo han demostrado varios experimentos (ver SaaS) aumentan de forma exponencial la valorización de las empresas y al meterse al mundo de las tarjetas de crédito continúan la evolución del Apple Pay y van a crearle problemas y preguntas no solo a los bancos sino también al ecosistema de las Fintech (Financial Technologies).
Ricardo Roman escribe desde esta semana su columna Bazar Digital: Aquí vendemos. Start-ups, negocios, transformación digital, como ganarse la vida digitalmente.