Genios del ajedrez que se enfrentan a sus demonios, psicópatas con superpoderes, la cultura pop en estado puro, reflexiones sobre la política y la historia. La pantalla chica del 2020 trajo todo tipo de historias que triunfaron por su capacidad para traducir casi de manera involuntaria, el clima de incertidumbre en el mundo.
El 2020 ha sido un año atípico para la industria del entretenimiento. En medio de la emergencia del coronavirus, los canales tradicionales y por suscripción streaming se enfrentaron a la prueba de sobrevivir a una situación inédita. Aun así, hubo una considerable cantidad de producciones de enorme calidad. Desde el éxito sin precedentes de Gambito de Reina de Netfix, hasta anticipados regresos como el de la segunda temporada de The Boys, el espectáculo en la pantalla chica alcanzó una nueva dimensión de calidad. Te traemos la lista de los estrenos que hicieron en el año más difícil que el mundo del espectáculo haya vivido en décadas:
Gambito de Reina ( Scott Frank para Netflix)
Primera temporada, 7 capítulos.
Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) es la encarnación del talento en estado puro. También, de la oscuridad que puede esconder una mente prodigiosa. Como si de una historia escrita por Dickens se tratara, el personaje sobrevive a una niñez de aislamiento y privaciones gracias a su prodigioso dominio de una habilidad tan rara como elegante. Frente al tablero de ajedrez, Beth olvida sus dolores y se convierte en un temible contrincante que utiliza la ambición como una rara forma de poder.
La capacidad del personaje para luchar contra el caos a través del propósito, es la premisa de “Gambito de la Reina”. Es la miniserie más exitosa de la historia de Netflix y sin duda, una de las grandes producciones del año. Basada en el libro de Walter Tevis del mismo nombre, la serie sigue la historia de Beth a partir de sus primeros años en el orfanato en que debe crecer luego de la muerte de su madre, hasta que su transformación en estrella internacional del mundo del ajedrez. Todo, mientras analiza sus misterios y heridas a través de todo tipo de símbolos. Con una puesta en escena de alta factura y un sofisticado ritmo, la serie es una joya insólita dentro del catálogo del gigante de los canales streaming.
The Boys (Eric Kripke para Amazon Prime Video)
Segunda temporada, 8 capítulos.
Los chicos malos de Garth Ennis están de vuelta en plena forma. La segunda temporada del éxito del año pasado de Amazon Prime Video superó a su predecesora en todo sentido. Tanto el grupo de superhéroes psicópatas encabezados por Homelander (Antony Starr) como los chicos de Billy Butcher (Karl Urban) alcanzaron una nueva dimensión de crueldad y violencia. La serie no se conformó con profundizar en la corrupción del poder y sus consecuencias. La vinculó, además, con la percepción del mal moderno. En “The Boys” las finas líneas entre lo ético y lo destructor se desvanecen para contar una historia en la que la codicia lo es todo.
Se trató de una apuesta audaz que pudo romper el delicado equilibrio del programa. El guion basa su efectividad en el cuestionamiento de la naturaleza de un colosal poder, en contraposición del riesgo de la violencia. Pero Kripke encontró cómo lograr que sus personajes crecieran, a la vez de sorprender con una propuesta renovada. Para el capítulo final, quedó claro que lo más inquietante de este mundo de superhéroes confeccionados a la medida de la popularidad, apenas acaba de mostrarse.
The Crown (Peter Morgan para Netflix)
Cuarta temporada, 10 capítulos.
La Reina Isabel II (Oliva Colman) atraviesa la madurez en medio de todo tipo de nuevo desafíos. Sus hijos han crecido, el poder real se disputa con el constitucional, pero, además, debe enfrenta un hecho concreto: la sucesión. De modo, que el estupendo guion de la serie apunta la historia de los nuevos capítulos a uno de los momentos más singulares que atravesó la Corona británica durante las últimas décadas. La aparición de Diana de Gales, marca un antes y un después en la narrativa cultural de Inglaterra y llega a The Crown con toda la carga emocional que le convirtió en un hito moderno.
La actriz Emma Corrin crea un retrato doloroso y frágil de un personaje controvertido y casi de forma involuntaria, la convierte en el centro del argumento. Charles (Josh O’Connor) cede a la presión de la corona y el deber, para transformarse en un villano patético. Al otro lado del espectro, Gilian Anderson encarna con cierta torpeza a una Margaret Thatcher que intenta lidiar con varios de los momentos más duros de la Inglaterra de la década de los ochenta. En conjunto, tanto el brillo trágico de Diana, la escasa empatía de Isabel II, la crueldad involuntaria de Charles transforma a la cuarta temporada de The Crown en un debate sutil sobre el peso del poder y la dureza de la pérdida, todo frente a los ojos interesados del mundo y la prensa.
Schitt’s Creek (Eugene y Daniel Levy para CBC)
Sexta temporada, 14 capítulos.
La gran sorpresa del año es uno de esos sucesos en el mundo del espectáculo imposible de predecir. Triunfadora absoluta del Emmy 2020, en la que arrasó con las categorías principales de comedia, resultó ser un fenómeno en pleno estallido del que buena parte del público tuvo noticia durante su histórica noche en la gala del premio a lo mejor de la televisión. Con un argumento sencillo, humor tradicional, pero en especial un elenco extraordinario que sostiene una historia entrañable, Schitt’s Creek sorprende por recuperar de la comedia y brindarle un toque conmovedor.
La historia de la familia Rose es una colección de malos entendidos, momentos de transición y adaptación, pero en especial, un ejercicio brillante de guion sobre las posibilidades de una narración basada en la emoción. Con su sentido de la risa fácil, la reconciliación familiar y un cinismo levemente cruel que termina por el ser el equilibrio con sus momentos más edulcorados, Schitt’s Creek es un pequeño éxito que tiene todos los elementos para ser uno de los grandes momentos del espectáculo del 2020.
What We Do in the Shadows (Jemaine Clement para FX)
Segunda temporada, 10 capítulos.
Los vampiros son un tema recurrente en el mundo del cine y la televisión. Pero la versión de Jemaine Clement y Taika Waititi rompe cualquier molde y transforma la figura del monstruo más famoso del cine, en una excusa para explorar todo tipo de situaciones retorcidas e hilarantes a un nivel por completo nuevo. La serie What We Do in the Shadows (basada en el mockumentary del 2014 del mismo nombre), sigue la vida de los bebedores de sangre en la actualidad, que además de enfrentar su naturaleza inmortal, lidian con las sutilezas incompresibles del mundo contemporáneo.
Se trata de una combinación eficaz que ha brindado dos temporadas memorables. Pero en especial la segunda es un recorrido por un guion brillante que elabora ideas originales sobre la cualidad del monstruo, el desarraigo de nuestra época y la búsqueda de la aceptación. Todo en medio de un carnaval de situaciones grotescas y una selección cada vez más amplia de personajes desternillantes que se han convertido en referencia para la cultura pop. La serie es una muestra brillante de meta referencias y una cuidadosa revisión del mito del vampiro, con todo tipo de guiños a la literatura y al género del terror. El guion brilla por su ingenio y en particular, por la forma en que analiza la cualidad de la supervivencia de la leyenda, todo desde el ojo atento de la cámara y de un burlón sentido del absurdo. Sin duda, la mejor comedia del año.
The Mandalorian (Jon Favreau para Disney Plus)
Segunda Temporada, ocho capítulos.
Luego de los cuestionables resultados de la más reciente trilogía de Star Wars a cargo de J.J Abrams y Rian Johnson, todo parecía indicar que Disney bien podría haber causado un daño irreparable en el legado de la saga galáctica. No obstante, la serie live action The Mandalorian recuperó lo mejor del Universo imaginado por George Lucas y además, logró lo que parecía imposible: construir una obra renovada que sostiene la mitología con sofisticada inteligencia. El guion logró vincular la saga principal con sus reinvenciones más recientes, hasta lograr una sólida historia que ha brindado varios de los momentos más memorables de la franquicia en años.
La serie además tiene una ventaja: incluir a uno de los personajes más entrañables de la franquicia. Grogu — o Baby Yoda, para sus legiones de fanáticos — fue la sorpresa mejor guardada de la primera temporada y el protagonista de una segunda, en la que el guion ha tenido la habilidad de estructurar una historia de contexto de profunda relevancia. Pero más allá de eso, el pequeño y poderoso Grogu es algo más que una curiosidad dulce. Es también el centro del debate sobre la permanencia de Star Wars como mitología moderna. Un logro que revitalizó todas las líneas que unen al pasado y al futuro de la historia, en una versión sólida sobre su futuro.
Dark (Baran bo Odar y Jantje Friese para Netflix)
Tercera temporada, 8 capítulos.
El final de uno de los grandes fenómenos seriéfilos de la década, trajo consigo la habitual discusión sobre si los últimos capítulos de una historia de semejante envergadura y complejidad, podían hacer justicia al desarrollo entero del argumento. Dark lo logró y además dejó claro, que es un ejemplo de la forma en que un buen guion puede abrir todo tipo de posibilidades narrativas. El programa abarcó un múltiple abanico de tópicos. Desde una apasionada historia de amor, un recorrido por las posibilidades de la ciencia ficción televisiva hasta un planteamiento acerca de la permanencia de la memoria. Una experiencia que la última temporada llevó hasta una dimensión profunda y mucho más elaborada.
La serie tuvo la capacidad de brindar final que fue la apoteosis de su premisa. El futuro se reencontró con el presente, el apocalipsis anunciado se abrió en infinitas posibilidades y por último, Dark demostró toda su habilidad para ser un fenómeno de referencia en varios géneros distintos. Pulcra como el mecanismo de un reloj y precisa como una teoría sobre su mera existencia, el capítulo final fue una despedida a un evento televisivo irrepetible.
Patria (Aitor Gabilondo para HBO España)
Primera temporada, 8 capítulos.
Basada en el libro del mismo nombre de Fernando Aramburu, Patria se convirtió en un choque de conciencia que abrió heridas todavía recientes en la historia española. No sólo se trata de la revisión sobre la violencia desatada por ETA durante los años ochenta, sino la forma en que el país y la cultura reaccionaron a todas las infinitas grietas que provocó la presión de la ideología y el terrorismo. La historia fue considerada maniquea por algunos, incompleta por otros y criticada desde los primeros momentos por mostrar un cuadro general sobre la violencia separatista. A pesar de eso, la serie logró lo que parecía imposible: evadir la polémica para dialogar con la memoria de las víctimas, los culpables y los testigos.
Como adaptación de una poderosa obra literaria que es, Patria además tuvo que enfrentar el corazón de un país que todavía cuestiona mucho de los temas que el libro trajo a colación y también, lidiar con el dolor y la desconfianza por la insinuación de perdón el argumento original. Cada capítulo fue motivo de debate y una agria conciencia del transcurrir de la historia. Su capítulo final, será recordado por resumir un momento angustioso y temible para la España que todavía recuerda con dolor el terrorismo y que intenta aprender de las lecciones de su pasado reciente.
Devs (Alex Garland para HULU)
Primera temporada, 8 capítulos.
Alex Garland se ha convertido en el epítome de un nuevo tipo de ciencia ficción elegante, que a menudo profundiza en temas como la identidad y la ruptura de la conciencia colectiva. Devs, su primera serie para televisión, es una dolorosa mezcla de sus temas favoritos y además, una concepción sobre la individualidad, aniquilada por la tecnología. La serie rozó los límites del miedo y la paranoia, para transformar su argumento en un terreno minado de preguntas sin respuestas. ¿Hacia dónde se encamina el mundo moderno en su búsqueda de sentido a través de la información? ¿Será la posesión de datos una forma de poder de múltiples consecuencias a no tardar?
No son preguntas ajenas para buena parte de la audiencia que convirtió a Devs en un discreto éxito. La serie, con su aire minimalista y contenido, pareció resumir buena parte de las teorías conspirativas alrededor del mundo y sobre todo, en un momento de especial tensión. Sin duda, una serie que reflejó este durísimo año 2020 casi por accidente.
Unorthodox (Maria Schrader para Netflix)
Primera Temporada, cuatro capítulos.
Basada en el libro del mismo nombre de Deborah Feldman, la miniserie analiza las complicadas relaciones de poder, los prejuicios y el peso de la tradición que recae mujeres en la ultraortodoxa comunidad Satmar, en Nueva York. Convertida en un éxito instantáneo, también medita sobre la forma en que el conservadurismo puede convertirse en una forma de maltrato solapado y discriminación, en medio de todo tipo de presiones religiosas y conservadoras.
Feldman ha insistido en que su historia “fue aun peor de lo que se muestra en pantalla”, lo que resulta escalofriante al reflexionar sobre los dolores y rigores que debió soportar su versión en ficción. Esty (Shira Haas) vive con sus abuelos maternos mientras crece en una comunidad que niega a la mujer cualquier aspiración personal, más allá de ser esposa y madre. Se trata de una reflexión de la misoginia de buena parte de las religiones ortodoxas y en especial, la forma en que la identidad femenina sigue siendo aplastada y disminuida por una versión inquietante de la fórmula religiosa. Por su espléndida puesta en escena y cuidado guion, la miniserie ganó un premio Emmy a la mejor dirección.
Y las grandes sorpresas del año:
En medio de la amplia selección de todo tipo de contenido y en especial, de una buena cantidad de resonantes éxitos instantáneos, el 2020 también tuvo la oportunidad de reflexionar sobre la cultura pop de una forma por completo nueva. Dos series en especial, dedicaron especial atención al deporte y al mundo del espectáculo, convirtiéndose en quizás los mejores ejemplos de la atenta mirada de los medios y su evolución, sobre la identidad colectiva.
La Veneno (Javier Calvo y Javier Ambrossi para Atresplayer)
Primera temporada, 8 capítulos.
Basada en el libro ¡Digo! Ni puta, ni santa. Las memorias de La Veneno
de Valeria Vegas, la serie muestra la vida de la estrella española Cristina Ortiz, mejor conocida como “La Veneno”. La serie resume la vida de la figura desde su infancia hasta su llegada a la fama, en los rostros de las actrices Jedet Sánchez, Daniela Santiago e Isabel Torres.
El guion, con la misma chispa y sentido del absurdo y el espectáculo de su versión literaria, es un recorrido por la percepción de la fama, sus peligros y momentos radiantes, a través de una estrella pop construida en medio de situaciones inverosímiles y una portentosa capacidad para la reinvención. Llena de drama, momentos de comedia, una percepción analítica sobre el reconocimiento y en especial, una cuidada mirada sobre personaje principal, la serie resultó una sorpresa en audiencia y crítica, además de convertirse en un fenómeno por derecho propio en buena parte de Europa.
The Last Dance ( Michael Tollin para Netflix)
Primera Temporada, 10 capítulos.
Toda generación tiene sus ídolos y Michael Jordan, tiene el raro privilegio de ser el de varias a la vez. Esta es la premisa de una de las miniseries más exitosas del 2020, que relata la última temporada del jugador en el equipo Chicago Bulls, durante la temporada 1997–98. El argumento es un homenaje directo no sólo al deporte, sino también a la integridad y relevancia de Jordan como emblema de un tipo de héroe en cancha que todavía resulta asombroso. Desde su paso por el equipo, los meses anteriores a su despedida definitiva hasta un recorrido por sus primeros pasos en el deporte, la serie es una mirada conmovedora por la vida de un hombre que supo encarnar un tipo de cualidad poderosa sobre el bien contemporáneo. Más allá de la fama y de su relevancia mediática, Jordan es también una figura que construyó una carrera a la medida de su talento y su espíritu combativo, algo que la miniserie muestra en todo su magnífico esplendor.